jueves, 27 de marzo de 2008

Bases para la Participacion Protagonica

La vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, del año 1.999 constituye el punto de partida para la transformación del Estado a través de un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una democracia social participativa.

Sobre este aspecto, se fundamentan los principios de solidaridad social y bien común. Desde este ámbito se puede señalar que los medios de Participación Ciudadana, establecidos en la Constitución, constituye uno de los elementos diferenciadores de la democracia participativa, cuyo objetivo es comprometer a todos los ciudadanos en el progreso y desarrollo para alcanzar una vida digna y por ende, un Estado de Justicia, con una sociedad democrática, participativa y protagónica.

Actualmente existen diferentes mecanismos de participación ciudadana en los diferentes poderes Legislativos, Ejecutivo , Judicial, Electoral, contempladas en instrumentos jurídicos que se adaptan al marco legal vigente, La ley Orgánica de la Administración Pública, Ley Orgánica del Poder Público Municipal, Ley del Poder Electoral, Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal, en este sentido, es necesaria la formación de personal que se le proporcione una capacitación sobre la participación y su utilidad, insertándolos a sus comunidades y así permitirles su pleno desarrollo como ser humano y el de la comunidad en que se desenvuelve.


En este sentido, las empresas como organismo de acción social, debe incorporarse progresivamente en la participación, de acuerdo a las profundas modificaciones que se han producido y van a seguir produciéndose en el mundo del trabajo de las relaciones laborales, lo que conlleva a plantearse la necesidad de nuevas formas de organización.

La reducción del compromiso y de la responsabilidad del Estado, empezando por los Municipios, han originado que las comunidades locales hayan tenido que insertarse en alternativas reales, participativas y solidarias, que permiten mantener una perspectiva que garanticen realmente a todo el mundo a una misma paridad de oportunidades y unos mismos derechos.

Allí es donde la necesidad de procesos de desarrollo local se vuelve “sostenibles” no solo en términos ambientales sino sociales y
donde la interdependencia entre factores económicos y sociales del desarrollo se hace más evidente.

La vértebra del trabajo comunitario, es sin lugar a duda la participación, sin ella no es posible hablar de desarrollo local sostenible o de desarrollo comunitario, de ahí la importancia de formar y capacitar personal de la comunidad que adquieran destrezas para el manejo de instrumentos y procedimientos que faciliten el trabajo como servidores y que salgan a insertarse en el trabajo comunitario, así como actuar de manera responsable en los espacios que intervienen.